dimarts, 5 d’octubre del 2010

La banca ética sigue afianzando su proyecto en Gipuzkoa con 200 clientes y 140 socios

SUPONE CUADRUPLICAR LA CIFRA DE AHORRADORES QUE TENÍA HACE DOS AÑOS
Esta alternativa cuenta con 130.000 euros de capital social en el territorio, "uno de los más dinámicos del Estado"
C. TAPIA/A.U. SOTO - Lunes, 14 de Junio de 2010
DONOSTIA. La banca ética ha duplicado el número de clientes y socios guipuzcoanos en los dos últimos años hasta superar los 200 miembros, cuenta con 130.000 euros de capital social en este territorio y gestiona ya un millón de euros de ahorro. Unas cifras que convierten a Gipuzkoa en uno de los "territorios más dinámicos" de todo el Estado dentro del proyecto de la Fundación Inversión y Ahorro Responsable (Fiare), que comenzó a gestarse en Bilbao en 2001.
La crisis, al contrario que en otros ámbitos, no ha conseguido que los clientes de esta entidad decaigan en su apuesta por la rentabilidad social del dinero, en lugar de la puramente económica. Peru Siasa, director de Fiare, asevera que no han sufrido retiradas de depósitos, "sino todo lo contrario". Donde sí se está notando los efectos del declive económico es, precisamente, en el área de actuación de Fiare. "Los movimientos sociales tienen muchas dificultades para acceder al crédito, al tiempo que la demanda por sus servicios aumenta", explica Siasa.
Quizás, de esta forma se entiende que Fiare siga trabajando por aumentar, tanto sus socios como sus clientes, puesto que parte de los intereses que corresponderían a estos últimos por sus ingresos se destinan a otorgar créditos para proyectos de solidaridad internacional, iniciativas para la inserción social y sanitaria, para fomentar la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente y para propuestas que fomenten valores sociales como la educación o la cultura, entre otras cosas.
A finales de mayo, la organización realizó su primera asamblea territorial en Gipuzkoa, abierta, no sólo a sus socios y clientes, sino a todo aquel que busca una alternativa a la banca tradicional. La reunión contó con la presencia de la Directora de Cooperación de Derechos Humanos e Igualdad de la Diputación de Gipuzkoa, Juana Mari Astigarraga.
Poco a poco, la red de Fiare en Gipuzkoa se ha ido extendiendo, no sólo por Donostia, sino también por Irun y Ordizia, municipios en los que cuenta con grupos locales que articulan la base social de la entidad en este territorio.
Si en 2008 contaba con medio centenar de clientes y otros tantos socios, hoy ya son 140 las personas y organizaciones que contribuyen al capital social, y más de 200 clientes.
Fiare no sólo actúa en Gipuzkoa. Esta Fundación ha completado la primera fase de implantación en el Estado, "con más de 400 organizaciones vinculadas jurídicamente al proyecto a través de diez redes territoriales y una sectorial". Cuenta ya con un capital social de 1,6 millones de euros aportado por un millar de personas, lo que no evita que, en este momento, impulsen una campaña de recogida de capital social.
El objetivo, no en vano, es conseguir el suficiente capital para poder constituirse en una cooperativa de crédito, una iniciativa que en principio estaba pensada para realizarse este año y que, por el momento, se ha retrasado hasta 2012. Así, se plantean conseguir llegar a los 2,5 millones de euros de base social a final de año. Para realizar la cooperativa, no obstante, se necesitaría mayores inyecciones de capital, lo que, en ningún caso, advierte su director, se realizará "perdiendo la autonomía del proyecto, que siempre permanecerá en manos de las redes sociales y las personas".
La Fundación, aun con todo, está contenta. "El año pasado superamos ampliamente los cuatro millones de euros en préstamos, lo que para un proyecto tan incipiente como el nuestro es muchísimo", detalla Siasa.
No es fácil, por tanto, encontrar a gente dispuesta "a transformar la sociedad", porque Fiare trabaja con la premisa de que "toda decisión económica es una decisión ética". "Quienes forman parte de nuestro proyecto buscan consumir responsablemente productos financieros y orientar el crédito hacia las personas excluidas y el cuidado del medio", concretan.
La idea es clara, el proyecto, según sostiene su director, "se articula sobre unas bases nítidamente distintas a las de cualquier entidad financiera tradicional, sea caja, cooperativa o banco". "Todo el crédito se destina al apoyo de proyectos que buscan la transformación social y la superación de las situaciones de injusticia, exclusión o insostenibilidad. La información del circuito del dinero es absolutamente transparente. Todas las operaciones, todas, están sujetas a una evaluación ético-social, realizada por comisiones de evaluaciones territoriales independientes de la estructura profesional", detalla.
En una época en la que la sociedad ve como todas las bases del capitalismo se tambalean, cobra mayor relevancia alternativas como la banca ética. "Hay gente que, por ejemplo, se ha enriquecido con la ruina de Grecia y así seguirá ocurriendo si no se cambian las maneras de hacer en la esfera financiera. Por eso, hay más expectación con las propuestas de la banca ética, pero ésta no siempre se convierte en un compromiso por construirla", lamenta Siasa.
De todos modos, en Fiare son realistas y afirman que el futuro "es complicado". "Nunca seremos poderosos, pero si algo hemos conseguido hasta ahora es reunir un germen muy identificado y comprometido con el proyecto, que seguirá consolidándose paulatinamente".

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